Uno de los animales más icónicos de la Patagonia es sin lugar a dudas el Puma. Un felino majestuoso y elegante, que ha sabido adaptarse a una gran variedad de hábitats, razón por la cual lo podemos encontrar desde Norte America hasta las australes tierras patagónicas. Pero a pesar de su gran rango de distribución, no es un animal fácil de avistar, menos de fotografiar. Su especial habilidad para esconderse y mimetizarse con el ambiente hace que sea muy difícil su observación, sobre todo en zonas con mucha vegetación, en donde encuentra fácilmente escondite. Es así que pasa a ser un animal muy cauteloso ante la presencia del ser humano. Probablemente muchos de los que han salido a caminar por la cordillera, bosque o estepa patagónica han estado muy cerca de un Puma, sin siquiera saberlo.
En base a lo anterior, organizar una expedición para fotografiar pumas requiere de cierta preparación, como también ir al lugar correcto en la fecha correcta. Y ese lugar existe... la zona del Parque Nacional Torres del Paine, en la Patagonia Chilena, en específico la estancia Laguna Amarga (https://www.instagram.com/leonamarga/), la cual colinda con el parque. En este lugar podemos encontrar una gran cantidad de individuos, los cuales viven tranquilamente, con abundancia de alimento y lugares para reproducirse sin mayores contratiempos.
La estancia Laguna amarga fue por muchos años un lugar destinado para la crianza de ovejas, lo cual produjo inevitablemente conflictos con los Pumas que ahí habitaban. Eso significó una disminución de la cantidad de felinos en el lugar, como también de sus presas, los Guanacos, quienes competían por espacio con el ganado domestico. Pero todo cambió en el año 1995, cuando un invierno muy crudo mató gran cantidad de ovejas y el resto fueron relocalizadas en otros lugares, lo que significó la liberación del lugar para el regreso de la biodiversidad original. Sumado a lo anterior, el creciente interés por parte de la gente de querer avistar y fotografiar Pumas desembocó en la decisión de los dueños de la estancia en dedicarla a un lugar para la realización de expediciones fotográficas y por ende, la
conservación de la biodiversidad del lugar. Veintiséis años después se ven los frutos con creces, en donde el ecosistema original se ha restablecido de muy buena manera.
Hoy en día, existen empresas dedicadas a la organización de viajes dedicados a la fotografía de estos hermosos animales, las cuales cuentan con guías y “trackers” especializados en el rastreo de Pumas. De esta forma, al contratar un tour te aseguras de de tener encuentros muy cercanos con estos magníficos animales, de forma segura y respetuosa. Además, en la estancia se exige entrar con un guía autorizado. Otra forma de lograr fotografiar a estos hermosos animales es dentro del Parque Nacional Torres del Paine. Si se tiene mucha suerte, uno podría ver a los pumas desde el camino vehicular. La otra posibilidad es hacer el sendero de fauna que comienza en la entrada del parque, sector Sarmiento, para lo cual de todas maneras se debe contratar a un guía autorizado por el Parque, y hay restricciones de no salirse de los senderos.
El día 18 de Agosto de 2021, junto a mis amigos Daniel Apablaza (https:// www.instagram.com/dapablazac/) y Raúl Demangel (https://www.instagram.com/ rauldemangel/), llegamos a Punta Arenas desde Santiago. Desde ahí arrendamos un auto y partimos rumbo al Parque Nacional Torres del Paine, llegando en la tarde a nuestro alojamiento, el Konkashken Lodge (https://www.instagram.com/konkashken.lodge/). Llegamos cansados a comer algo y dormir... a la mañana siguiente pasaría nuestro guía Victor Vega (https://www.instagram.com/chilevida/) a buscarnos para dirigirnos a la estancia. A la mañana siguiente comenzamos nuestra búsqueda de los pumas, apoyados por el tracker Junior Mendez (https://www.instagram.com/juniormendesphoto/), quien ya desde muy temprano se hallaba en la búsqueda de los pumas. Ese amanecer fue hermoso, ya que había nevado durante la noche, y todo estaba cubierto de blanco. Las torres del Paine junto a los cuernos se veían espectaculares, de una forma que no es tan común ver si no visitas el parque
en invierno. De pronto Junior nos llama por la radio... Puma!!!!! fue muy emocionante... nos dirigimos rápidamente donde se encontraba Junior, nos bajamos del auto y comenzamos a caminar, subiendo una gran ladera. Finalmente llegamos dónde estaba la puma. Era una hembra hermosa, la cual se resguardó en una cueva y ahí permaneció por mucho tiempo, durmiendo. Solo restaba esperar a que despertara, lo cual ocurrió un par de horas más tarde, cuando salió de la cueva y comenzó a caminar nuevamente... Desde ahí comenzamos a acompañarla en su andar... Fueron como 6 u 8 kilómetros que caminamos ese día, buscando las mejores oportunidades de fotografía, siempre manteniendo una distancia segura y respetuosa con la Puma. Y esa es más o menos la dinámica en la que uno está inmerso para fotografiar a estos felinos. Se camina mucho y se debe tener mucha paciencia, siempre respetando y entendiendo que el ritmo lo impone la naturaleza...
De esa forma estuvimos 3 días durante los cuales tuvimos muchos encuentros con distintos pumas, en distintas situaciones: Durmiendo, caminando, acechando, interactuando entre ellos, alimentándose.... Afortunados fuimos de poder ser testigos de una buena parte de la vida cotidiana de estos magníficos animales. Si quieres ver la experiencia completa, te recomiendo el siguiente video que hice de esta expedición:
Fotografía: Parámetros, equipo y otras consideraciones.
Para fotografiar a estos hermosos animales es necesario tener algunas consideraciones, tanto desde el punto de vista técnico como el equipo que debemos tener, pero también la actitud que debemos mantener. Con respecto a lo técnico, es importante entender que estamos fotografiando animales, lo cual implica movimiento. Eso se traduce en considerar un tiempo de exposición suficientemente rápido para poder congelar este movimiento. En general las velocidades pueden fluctuar entre 1/250 a 1/2000. La mayoría de las veces los encontraremos odescansando, para lo cual no es necesario una gran velocidad, o caminando. Para esta última situación bastara con 1/800. Pero podríamos tener la suerte de presenciar una cacería, en cuyo caso deberíamos usar tiempos de 1/2000 o superior.
Con respecto a la apertura, trabajaremos entre la apertura máxima del lente hasta f 13, en caso de estar frente a dos gatos que estén en distinto plano focal. Finalmente, el valor ISO será una consecuencia de la asignación que le demos a los parámetros anteriores, para ajustar a la exposición correcta. Otro punto relevante es el enfoque. En mi caso utilicé foco continuo siempre. Con respecto al área de enfoque opté por la opción Wide (ancha) y zona, en mi Sony A1. En ambos casos siempre tuve habilitado la detección de ojo animal, la cual funciona increíblemente bien. Esta opción también está disponible en la gran mayoría de las cámaras Sony, lo cual es una gran ventaja a la hora de enfocar nuestro sujeto.
Además de lo anterior es siempre importante estar preparados para lo impredecible. Por ejemplo, el bostezo de un Puma. Para poder captar ese momento es importante tener activado el disparo en ráfaga, y tener así toda la secuencia de la acción, lo que nos da la posibilidad de escoger la mejor imagen que resuma ese momento, o simplemente contar la
historía en varias fotografías. En mi caso utilice la opción H+, que en el caso de la Sony A1 puede llegar a una frecuencia de disparo de 30 Fotografías por segundo.
Por último, es muy importante evitar la trepidación que pudiéramos generar en la foto, sobre todo si nos estamos moviendo con la cámara y disparando a mano alzada. Es por eso que el estabilizador de imagen ese muy relevante tenerlo encendido. Con respecto al equipo recomendado, yo recomiendo un teleobjetivo de por lo menos 300 mm. En esta ocasión yo utilicé el Sony FE 200-600 G montado en la Sony A1, y el desempeño es buenísimo. Pero también andará muy bien el Sony FE 100-400 GM o cualquier lente dentro del rango, como por ejemplo un 70-300. Sumando a lo anterior recomiendo llevar por lo menos 2 baterias cargadas, tarjetas de escritura rápida, una mochila cómoda y un buen trípode, ya que muchas veces podremos dejar la cámara grabando ciertas situaciones interesante.
Aparte del equipo mencionado anteriormente, tuve la posibilidad de llevar la Sony FX-3, una cámara de cine, con la cual hice gran parte de las filmaciones, junto al Sony 16-35 GM, con la cual me pude grabar a mí mismo y también vistas generales del lugar. Esta dupla entrega una calidad de imagen buenísima, para situaciones como esta. Por último, es de vital importancia nuestra conducta frente a los Pumas. Debemos entender que estamos fotografiando animales silvestres, que en situaciones límites podrían reaccionar de mala manera, siendo peligroso para nosotros como también una perturbación innecesaria para con ellos. Es por eso que la cautela, paciencia y respeto cobran vital importancia. Siempre es recomendable no estar más cerca de 30 metros de los animales, a pesar que ellos podrían acercarse más a nosotros. No forzar situaciones también es muy relevante. No emitir ruidos molestos que pudieran alterar la conducta del puma. En fin, todo se resumen a entender que nosotros somos visitas en este lugar, y que siempre la última palabra la tiene la naturaleza.
El Puma (Puma concolor)
El Puma es un mamífero carnívoro, perteneciente a la familia Felidae, que habita desde Canada hasta la Patagonia, siendo el mamífero terrestre con el rango de distribución más extenso del continente americano. Es un animal muy adaptable y generalista, siendo capaz de habitar distintos ecosistemas, como desiertos, cordilleras, bosques y estepas. Es el segundo gato más grande de America, antecedido por el Jaguar. Su alimentación se basa en una gran variedad de presas, las cuales van desde Ciervos y Guanacos hasta pequeños mamíferos y aves. Su manera de cazar es mediante la emboscada, siendo muy hábil para acercarse y acechar a sus potenciales presas.
Los pumas son felinos esbeltos y ágiles. La talla adulta de pie es de alrededor de 70 a 90 cm de altura en los hombros. La longitud de los machos adultos es de alrededor de 2,7 m de largo de la nariz a punta de la cola, aunque en general oscila entre 2,0 y 2,5 . Sin contar la cola de 1,5 a 1,7 metros la cola mide de 0,7 a 1 m Los machos tienen un peso promedio de entre 60 a 85 Kg. En casos de la Patagonia, la subespecie más grande, algunos pueden llegar a pesar de 100 a 120, el más grande encontrado pesaba 140 kilos. El peso promedio de las hembras está entre 40 y 62 kg. El tamaño del puma es más pequeño cerca del ecuador, y mayor en las poblaciones más cercanas a los polos.
En general son animales solitarios, que se juntan para reproducirse. Las hembras son capaces de dar a luz hasta 6 cachorros, siendo lo normal entre 2 a 3. Estos permanecen un tiempo junto a sus madres, aprendiendo a cazar, hasta que a la edad de 2 años independizan, pudiendo ser un poco antes también. Con respecto a su situación de conservación, en muchos países es muy perseguido por los conflictos que se generan con la ganadería, lo que ha llevado en algunos lugares que sus números poblaciones hayan bajado a niveles alarmantes. Esto trae consigo un desorden ecosistémico muy relevante, ya que son ellos los que regulan las poblaciones de otras especies. Es por lo mismo que es urgente que se tome conciencia de la importancia de su conservación.